¿Lleva Tilde? Proceso de creación del libro.

Hace un mes aproximadamente publiqué el libro ¿Lleva Tilde? El libro para ponerlas todas bien definitivamente después de un trabajo intermitente de casi dos años. Me llevó bastante más esfuerzo del que había pensado inicialmente, lo que a su vez supuso una experiencia más enriquecedora de lo previsto. El viaje creativo ha transitado por varios escenarios. Ha sido una creación mixta que comenzó como un proyecto web (https://llevatilde.es) que derivó en la propia escritura del libro.

En cuanto a la web, todo empezó como un pequeño reto aparentemente simple: ¿es posible poner las tildes de forma programática, solamente aplicando las reglas de la RAE? La respuesta fue no desde el primer momento, ya que hay palabras que usan tilde diacrítica para los que hay que conocer su función gramatical. No digo que no se pueda hacer un algoritmo que contemple estos casos, pero habría que darle un contexto a la palabra y sería algo bastante complejo. Dudo que llegase a captar todos los matices de la lengua española completamente. Lo bueno es que los casos de tilde diacrítica son acotados, por lo que es algo abordable mediante excepciones. Para el resto de casos hay que hacer algo que para nosotros es muy intuitivo pero para un algoritmo no tanto: separar una palabra en sílabas. Por ejemplo, las palabras tac-to y la-cra tienen el mismo número de letras, misma posición de vocales y consonantes, pero la división silábica no cae en la misma posición. Además, es necesario conocer la posición de la vocal tónica para hacer la división. En los casos de ha-cia o ha-cí-a la división se hace de una forma u otra dependiendo de la posición de la vocal tónica. Hubo más situaciones que resolver: adverbios acabados en mente, diptongos e hiatos con “h” intercalada, casos con “y” griega… que hicieron que el algoritmo aparentemente simple se complicase un poco.

Una consulta que me hacen recurrentemente es: ¿y por qué no usas directamente un diccionario? La razón es simple. Un diccionario no tiene formas verbales, ni lugares, ni neologismos, ni pronunciaciones regionales distintas. En LlevaTilde se puede analizar cualquier palabra aplicando simplemente las reglas. Puede proponerse incluso una palabra inventada, el algoritmo la analizará y resolverá si lleva tilde o no en base a las reglas de la RAE.

Para escribir el libro tuve que prepararme y afrontar una tarea ingente. Me apoyé en un curso de escritura creativa que realicé online en la escuela de escritura Ítaca y leí algunos libros sobre el arte de escribir, del que puedo destacar Into the Woods, de Tom Yorke. Es cierto que el libro de LlevaTilde es un ensayo, pero la escritura creativa ayuda mucho a estructurar cómo transmitir mensajes e ideas. Todo esto aderezado con multitud de lecturas de referencia, desde libros de lingüística e historia hasta artículos en revistas e Internet. La lucha con la inspiración, correcciones, replanteamientos y dudas llevó gran parte del resto de la creación, sin olvidar la revisión y retoques finales. La tarea me pareció inacabable en momentos.

La elección de cómo publicar el libro fue capítulo aparte. No soy escritor profesional y no me veía llamando a la puerta de editoriales. Además, por lo que conocía de casos cercanos, las condiciones para escritores noveles no suelen ser demasiado tentadoras. Hice un experimento hace unos meses para ver cómo funciona la plataforma de publicación de Amazon, Kindle Direct Publishing. Escribí un texto muy rápido sobre el secuestro judicial de otro libro que se hizo bastante famoso hace unos meses. Convertí el texto en un libro de pocas páginas y lo publiqué en Amazon bajo seudónimo. Fue un modesto éxito: vendí más de 150 copias en 15 días en formatos Kindle y tapa blanda, hasta que retiré la publicación un poco por ética, la gente esperaba un libro y se encontraba con un artículo que ocupaba una decena de páginas que escribí en una mañana. Sin embargo, la experiencia me sirvió para comprobar que esta vía podía ser la adecuada. Publicarlo de esta manera implica que tienes que encargarte de hacer tú mismo la portada, conseguir ayuda para las revisiones, permisos para utilizar fotos, editar el formato, etc. Pero para la promoción, que es uno de los factores que más importa, cuento con la web de LlevaTilde, que tiene más de un millón de visitas cada mes. Elegí hacer yo mismo una difusión que alcanzaría un nivel que no creo que llegase a hacer una editorial tradicional. Por no hablar de las condiciones y royalties, muy superiores en Amazon.

¿Volveré a escribir otro libro? Después del esfuerzo que me ha llevado escribir éste me lo voy a pensar dos veces.

 


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