VirtualBox: La mejor forma de tener Windows en Linux
Una de las mejores formas de escapar al bajo rendimiento que ofrece Windows Vista a la hora de elegir un portátil es instalar Linux. La ganancia en rendimiento puede llegar a ser impresionante, y lo digo por experiencia propia.
El problema de trabajar con Linux es que, aunque las posibilidades y estándares avanzan a pasos agigantados, siempre va a haber problemas de compatibilidad para ciertas aplicaciones y, por qué no decirlo, hay programas exclusivamente disponibles para plataformas Windows muy superiores. Ejemplos de esto puede ser MS Office (OpenOffice está por detrás aún en prestaciones y no es 100% compatible) o Photoshop (GIMP está lejos de ofrecer las mismas posibilidades y facilidad de uso). Además, en mi caso, es fundamental poder probar la visualización de los desarrollos web que hacemos en esa lacra aún existente llamada Internet Explorer 6.
Hay algunas alternativas, como pude ser instalar Wine. No he probado las últimas versiones, pero las anteriores que probé no ofrecían todas las posibilidades a la hora de instalar programas que sólo funcionan en Windows.
Pero la mejor sin duda es la virtualización, y para ello existe una aplicación perfecta para este propósito: VirtualBox, desarrollado por Sun. Está disponible para sistemas operativos Windows y Linux, y a partir de ahí se pueden instalar máquinas virtuales de multitud de sistemas operativos.
De esta forma podemos tener un sistema Linux, con lo que ganaremos en velocidad y prestaciones entre otros beneficios y utilizar el lento y viejo Windows sólo para las aplicaciones que necesitemos.
Puedes elegir hacer máquinas virtuales de sistemas operativos Linux en un Windows o al revés, hacer máquinas virtuales Windows si tu sistema operativo es Linux. De esta forma puedes disfrutar de las dos opciones.
Ahora ya sabes qué hacer a continuación: ¡Colin ya! ;-)
Desde luego, si el Colin tira bien ahí, sería la prueba de fuego!